Y si no... Siempre puedo cambiarlo....
- ¿Podría usted indicarme la dirección que debo seguir desde aquí?
- Eso depende de adónde quieras llegar.
- No me importa adónde… - empezó a decir Alicia.
- En ese caso, tampoco importa la dirección que tomes.
- … con tal de llegar a algún lado – acabó de decir Alicia.
- Eso es fácil de conseguir, ¡no tienes más que seguir andando!
No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.