lunes, 25 de julio de 2011

Brida

¿Y por qué placer y miedo caminan juntos?


Porque quien se enfrenta con el sexo sabe que está ante algo que sólo sucede con toda su intensidad cuando se pierde el control. Cuando estamos en la cama con alguien estamos dando permiso para que esta persona comulgue, no solamente con nuestro cuerpo, sino con toda nuestra personalidad. Son las fuerzas puras de la vida que se comunican, independientemente de nosotros, y entonces, no podemos esconder quién somos.

No importa la imagen que tengamos de nosotros mismos. No importan los disfraces, las respuestas preparadas, las salidas honrosas. En el sexo se hace difícil engañar al otro, porque allí cada uno se muestra como realmente es.
Haz que cuando toques al otro los cinco sentidos estén funcionando. Porque el sexo tiene vida propia. A partir del momento en que comienza ya no lo puedes controlar, es él el que pasa a controlarte a ti. Y lo que tú cargaste sobre él, tus miedos, tus deseos, tu sensibilidad... permanecerá todo el tiempo. Por eso las personas se vuelven impotentes.


[ Se sentía en paz, entregada a uno de aquellos momentos de la vida en que la única alternativa posible es perder el control ]

martes, 12 de julio de 2011

Preguntas sin respuesta?

Los peces debían preguntarse cómo era posible volar, porque de vez en cuando algunas criaturas misteriosas buceaban en su mundo y desaparecían de la misma manera en que habían entrado.

Los pájaros debían preguntarse cómo era posible respirar dentro del agua, porque se alimentaban de animales que vivían debajo de las olas.

Existían pájaros y existían peces. Eran universos que de vez en cuando se comunicaban, sin que uno pudiera responder las preguntas del otro. Sin embargo, ambos tenían preguntas. Y las preguntas tenían respuestas. Si ella era capaz de hacer una pregunta era porque, en otro universo, había una respuesta. Alguien la sabían, aún cuando ella jamás la supiese.

[ Toda pregunta que puede ser concebida tiene una respuesta ]

viernes, 1 de julio de 2011

Alguien le acercó un patito a una gata para que la gata lo tomara a su cargo. Este seguía a su madre adoptiva por todas partes, hasta que un día ambos llegaron frente a un lago. Inmediatamente el patito entró en el agua, mientras la gata desde la orilla le gritaba “¡Sal de ahí! ¡Vas a morir ahogado!”


Y el patito respondió: “No madre, descubrí lo que es bueno para mí, y así es como estoy en mi ambiente. Voy a continuar aquí, aunque tú no sepas lo que significa un lago.”