lunes, 25 de julio de 2011

Brida

¿Y por qué placer y miedo caminan juntos?


Porque quien se enfrenta con el sexo sabe que está ante algo que sólo sucede con toda su intensidad cuando se pierde el control. Cuando estamos en la cama con alguien estamos dando permiso para que esta persona comulgue, no solamente con nuestro cuerpo, sino con toda nuestra personalidad. Son las fuerzas puras de la vida que se comunican, independientemente de nosotros, y entonces, no podemos esconder quién somos.

No importa la imagen que tengamos de nosotros mismos. No importan los disfraces, las respuestas preparadas, las salidas honrosas. En el sexo se hace difícil engañar al otro, porque allí cada uno se muestra como realmente es.
Haz que cuando toques al otro los cinco sentidos estén funcionando. Porque el sexo tiene vida propia. A partir del momento en que comienza ya no lo puedes controlar, es él el que pasa a controlarte a ti. Y lo que tú cargaste sobre él, tus miedos, tus deseos, tu sensibilidad... permanecerá todo el tiempo. Por eso las personas se vuelven impotentes.


[ Se sentía en paz, entregada a uno de aquellos momentos de la vida en que la única alternativa posible es perder el control ]