jueves, 22 de julio de 2010

La felicidad. El lote completo del tirano que quise ser desde mi infancia. De modo que ser adulto era esto: tener un velocímetro que marca de 0 a 210, pero no ir nunca a más de 60.

Preguntas sin respuesta que sólo tú puedes contestarte a ti mismo

Cambios. La vida se compone de cambios. Cambios voluntarios y a veces contra nuestra voluntad, sí, pero cambios. Igual que el año va cambiando de estación, y ves pasar los días desde tu ventana con vistas al mar, ves cómo sube la marea y cómo baja al cabo de unas horas, gente que pasa el día en su orilla y se va al anöchecer. Y así poco a poco se pasan las horas, y de repente, un día cualquiera, te das cuenta de que has pasado años en silencio viendo pasar el mundo ante tus ojos, que te has limitado a resignarte a sus cambios, a aceptarlos y hacerlos parte de ti, pero que ninguno ha sido por propia voluntad. Aunque tú tampoco hiciste nada por evitarlos o darles un poco de color.


¿Era así como esperabas que fuera tu vida? ¿Esta era la forma en que ansiabas vivir? Si te ofreciera la oportunidad de revivir tu vida al completo tal como la has vivido sin cambiar el más mínimo detalle, ¿crees que valdría la pena?