domingo, 31 de enero de 2010

Vuelvo de mi infierno terrenal a mi cielo subterráneo....

Hoy he estado en el infierno. No es como siempre pensé que sería ni se parecía en absoluto a como siempre nos han contado. No hay fuego ni demonios sonrientes, tampoco tridentes ni ceniza que cae del techo. Y por supuesto no se encuentra bajo tierra. Allí he comprendido que no existe un infierno común para todos donde vas tras cometer algún pecado. Qué va, el infierno en el que he estado es una feria del sufrimiento, donde se vende dolor y las almas se desgarran a cada paso que dan. La muerte acecha en cada esquina, y correr más deprisa no te ayuda a dejarla atrás. La angustia llena cada rincón donde siempre se encuentra un alma acurrucada gritando su desesperación mediante un silencio sobrecogedor. A cada paso que das tratas de comprender cómo aquellos inocentes llegaron a este callejón sin salida e intentas ayudarles a escapar, pero están cegados. No son capaces de dejarse guiar por la luz del Sol porque hasta allí el Sol simplemente no llega. Y en tu desesperación ves que poco a poco te vas hundiendo en tu propio infierno, te atormentas, tratas de buscar respuestas y sólo consigues caminar en círculos. Y es que, pequeña, cambiar las cosas nunca ha sido fácil, y en esta otra Realidad una sonrisa no repara un alma destrozada y maltratada por tantos años en los que se ha deseado morir.


Para muchos la palabra infierno significa hospital, para otros mañana, pero para tantos millones significa Tercer Mundo. ¿Qué error cometieron para llegar hasta su infierno terrenal? Unos nacer en una familia sin recursos, otros en un país incapaz de levantar cabeza, pero todos tienen algo en común: si estuvieran en tu situación no permitirían que tú vivieras lo que ellos ahora mismo. Pero tú naciste privilegiado, y eso te impide mirar a tu alrededor y descubrir el sufrimiento que rodea a los que a los ojos de la gran mayoría son invisibles porque, simplemente, no existen.



Quizás este mundo sea el infierno para otro planeta
- Si admitimos que vida humana puede ser gobernada por la razón, entonces se destruye toda posibilidad de vida.

- He decidido que voy a vivir esta vida algún tiempo.

Alex Supertramp